Que es la conjuntiva y su inflamación: La conjuntivitis
La conjuntiva es una membrana casi transparente que recubre la a la esclera (La parte blanca del globo ocular). Su función es proteger de agentes externos al globo ocular. También se encarga en parte de producir y mantener la calidad de la lágrima en el ojo.
La conjuntivitis es la patología más frecuente de los ojos. Se define como el proceso inflamatorio de la conjuntiva. Esta enfermedad suele ser de evolución aguda y autolimitada, dependiendo de su origen puede depender de tratamientos diferentes, principalmente puede tener 4 orígenes diferentes: Conjuntivitis infecciosas (Bacteriana o vírica), alérgica, o autoinmune. Entre las infecciosas podemos encontrar síntomas como la presencia de legañas, ojo pegado por las mañanas y secreción muco-purulenta que no encontraremos en los otros tipos de conjuntivitis.
Entre ellas destaca la conjuntivitis bacteriana. Generalmente es causada por la invasión de patógenos como Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae o Haemophilus influenzae a la conjuntiva. El periodo de incubación se encuentra entre 2 a 7 días después del primer contacto con el patógeno. Generalmente ocurre en ambos ojos. Es más frecuente en niños debido a que no mantienen una correcta higiene ocular.
Entre sus síntomas destacan:
- Ojo rojo.
- Secreción mucosa-purulenta. (En muchos casos severa, es el signo más característico de este tipo de conjuntivitis)
- Escozor y ardor de ojos.
- Ojo pegado por las mañanas.
- Legañas.
- Visión borrosa
¿Qué hacer en caso de conjuntivitis bacteriana?
La conjuntivitis bacteriana necesita ser tratada con antibióticos en colirio que solo pueden ser prescritos por médicos oftalmólogos, por lo tanto, ante el primer síntoma es necesario y recomendable acudir con un profesional para el correcto diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.
Como medidas generales es también importante mantener una correcta higiene del ojo y sus zonas adyacentes, realizando lavados con agua y jabón frecuentemente, evitar llevarnos las manos a la cara para evitar así la propagación de las bacterias y usar lágrimas artificiales para mantener hidratado el ojo y reducir los síntomas molestos.
El pronóstico de una conjuntivitis suele ser bueno al tratarse correctamente. Casi el 100% de los pacientes se curan al cabo de un par de semanas tras el comienzo de los síntomas. Siempre pueden existir complicaciones derivadas de la infección, aunque son muy poco frecuentes, estos pueden ser infiltrados corneales o reacciones alérgicas a los colirios utilizados para el tratamiento. Tales complicaciones, de existir, deben ser diagnosticadas y tratadas por su oftalmólogo especialista.
¿Cómo se diagnostica la conjuntivitis bacteriana?
Un médico especialista en oftalmología capacitado es capaz de dar con el correcto diagnóstico de la conjuntivitis con un examen físico del ojo y analizando la historia clínica de la enfermedad. De forma más específica, se puede identificar el agente patógeno al solicitar un cultivo de la secreción muco-purulenta.
La conjuntivitis en la pandemia COVID-19
Pese a que las manifestaciones oculares en pacientes con diagnóstico de COVID-19 tienen una baja prevalencia, la importancia de su sospecha y diagnóstico radica en que la conjuntivitis puede ser la primera manifestación de la enfermedad y, en algunas ocasiones, incluso la única.
Desde que diferentes estudios documentaran al inicio de la epidemia la posibilidad de aislar SARS-CoV-2 en las lágrimas de pacientes y, por tanto, sugerir su transmisión por esta vía, se han publicado diferentes casos clínicos aislados de pacientes con diagnóstico de COVID-19 y conjuntivitis. Donde se describen conjuntivitis asociadas a COVID-19, tanto en pacientes de edad pediátrica como adultos, y con un espectro clínico amplio y muy variado.
En la mayoría de los casos publicados hasta el momento, los cuadros de conjuntivitis relacionados con la COVID-19 son leves, de carácter bilateral, de tipo folicular y en la mayoría de las ocasiones sin afectación corneal, lo cual puede coincidir con otros tipos de conjuntivitis.
Como prevenir la conjuntivitis bacteriana
Para prevenir el contagio de otras personas recomendamos seguir las siguientes instrucciones:
- Lavado de las manos frecuentemente con agua tibia y jabón. Se recomienda un limpiador para manos que lleve al menos un 60% de alcohol que sea capaz de eliminar los agentes patógenos de la conjuntivitis. Antes y después de lavar el ojo de secreciones es obligatorio el lavado de manos para evitar el contagio.
- Evitar tocarse o restregarse los ojos.
- Evitar usar los mismos utensilios que el resto de las personas con las que se habite, no usar la misma botella o envase de gotas para los ojos infectados que para los sanos, aun cuando sea de la misma persona.
- Lavar fundas de almohadas, sábanas, paños y toallas en agua caliente y detergente, de la misma manera evitar compartirlas con otras personas.
- No compartir el maquillaje para los ojos, tratamientos para la cara, cepillos cosméticos, lentes de contacto o gafas.
- No acudir a centros deportivos o meterse en la piscina.
Ante el primer síntoma de conjuntivitis es necesario que acuda con su especialista para valorar un tratamiento oportuno de la enfermedad, evitando así además su propagación a la comunidad.
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