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Coroides del Ojo

Definición y función de la coroides

Seguramente la coroides o úvea posterior sea una de las partes más desconocidas del ojo humano, puesto que solemos estar más familiarizados con otras partes de su morfología, como la córnea o la retina. No obstante, enseguida entenderemos la importancia de la coroides para el correcto funcionamiento del ojo.
Esta parte del ojo es una membrana formada por innumerables vasos sanguíneos, además de tejido conectivo, cuya función es la de nutrir y suministrar oxígeno a la retina.
También asume la importante misión de absorber la luz directa gracias a su pigmentación, dado que está constituida por melanina. La coroides impide la reflexión de la luz, de lo contrario, las imágenes se percibirían borrosas.

Coroiditis

En esta zona, se puede desarrollar un tipo de uveítis conocida como coroiditis. Además, si la afección llega a la retina se conoce como coriorretinitis. Este tipo de enfermedades oculares se suelen originar por enfermedades reumatológicas o exposición a toxinas. Normalmente se produce en pacientes jóvenes de unos 20 a 50 años. Resulta más frecuente en sujetos con estrés, apnea nocturna, antecedentes de cefalea migrañosa, agentes vasoconstrictores, uso de corticoides, tabaquismo y también alcohol. También presenta una asociación con el Helicobacter pylori, Lupus y trasplante de órganos

Rotura coroidea

Por otro lado, en los deportes de pelota que se están incrementando, los traumatismos oculares con afectación coroidea. El pádel, o el squash son deportes con pelotas pequeñas y campos de juego pequeños en los que la pelota adquiere una velocidad importante y pueden ser de riesgo para los ojos.

Ante un traumatismo ocular, los principales síntomas del paciente son:

  • Pérdida de la visión
  • Aparición de moscas flotantes
  • Dolor ocular

Un impacto directo en el ojo puede tener graves consecuencias. El trauma puede provocar edema de tejidos como el párpado y la córnea, inflamación o hemorragia intraocular que pueden provocar pérdida de visión transitoria, que puede recuperarse con tratamiento apropiado.

También pueden producirse lesiones más graves como heridas corneo – esclerales, catarata o desprendimiento de retina que precisen cirugía y pueden comprometer la visión de forma definitiva.

Pero por desgracia, una de las lesiones más comunes en traumatismos contusos severos es la rotura coroidea.

Causas de la rotura de Coroides

Un traumatismo fuerte en el ojo, como el impacto de una pelota de pádel, de tenis o de squash, provoca un efecto de compresión – descompresión del globo ocular, pero no todas las capas oculares tienen la misma elasticidad. La coroides (capa vascular situada debajo de la retina), es más rígida que la retina y que la esclera (capa estructural), por lo que la compresión – descompresión puede provocar con frecuencia una rotura de la misma. Por las características anatómicas del ojo, la rotura coroidea suele producirse alrededor del nervio óptico, o a la zona macular (área retiniana de máxima visión) provocando pérdida de visión que puede ser muy severa e irreversible Actualmente no existe tratamiento específico y la lesión varía con el tiempo. Debido a la asociación de la rotura coroidea con el traumatismo contuso, lo más importante es descartar comorbilidad, tanto sistemática como ocular, siendo necesaria, a veces, la utilización de pruebas de imagen.

Cómo cuidar la Coroides

La principal recomendación es el uso de gafas protectoras adecuadas para la práctica de estos deportes, y en caso de traumatismo acudir rápidamente a un servicio de urgencias donde pueda ser valorado por un oftalmólogo.

No administrar por vía oral líquidos, alimentos ni medicamentos hasta no aclarar si el paciente requiere intervención quirúrgica urgente con anestesia general.

Antes del examen detallado realizado por un especialista, no colocar un apósito común en el ojo, sobretodo un apósito compresivo. Asegurar el globo ocular con una tapa rígida para que la frotación o la presión, no agraven el cuadro.

En caso de hematoma palpebral aislado, hematoma periorbital o petequias conjuntivales aplicar durante 24-48 horas hielo sin presionar el globo ocular para disminuir el edema y posteriormente de temperatura tibia para facilitar la absorción del hematoma.

Acudir al oftalmólogo o a su clínica oftalmológica de confianza , sobre todo si se presentan: deterioro o pérdida de la visión, o enrojecimiento del globo ocular profundo.

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