Es frecuente tomar en cuenta que la radiación ultravioleta presente en la luz solar es capaz de causar daños graves en nuestro sistema inmunológico y dermatológico al exponernos a ella de manera prolongada. Bajo esta misma premisa es lógico pensar que el tejido de nuestro sistema ocular no se encuentra exento del peligro de la luz ultravioleta.
Encontramos en muchas fuentes bibliográficas los distintos efectos que puede causar el sol en nuestros ojos, estos se dividen principalmente en agudos y crónicos.
Lesiones agudas
- Fotoqueratitis: Se trata de la inflamación de la apa más superficial del ojo al ser expuesta a altos niveles de rayos UV. Es conocida también como la ceguera de la nieve ya que es frecuentemente causada al condensarse los rayos ultravioletas del sol en este medio. Sus principales síntomas son dolor de cabeza, fotofobia enrojecimiento y ardor ocular. El diagnóstico es realizado por el médico al examinar directamente el ojo y el tratamiento generalmente incluye lágrimas artificiales y en algunos casos analgésicos para aliviar la sintomatología.
- Retinopatía solar: Se origina por la contemplación de un eclipse solar sin la protección adecuada, ocurriendo un daño en el polo posterior del ojo que puede causar síntomas graves como escotoma central y visión en tono rojo. Es una enfermedad sin un tratamiento óptimo por lo cual es obligatorio prevenirlo al evitar ver eclipses o luz solar sin una correcta protección
Lesiones crónicas
- Pingüécula: Es un crecimiento amarillento en la conjuntiva. Suele localizarse en el lado del ojo más cercano a la nariz, aunque puede suceder en el lado opuesto. La pingüécula es un depósito de proteína, grasa o calcio.
- Pterigión: Es un crecimiento de tejido carnoso (compuesto de vasos sanguíneos) que puede comenzar como una pingüécula. Puede permanecer pequeño o crecer a un tamaño suficientemente grande como para cubrir parte de la córnea. Cuando esto sucede, puede afectar la visión.
El tratamiento de estas patologías es quirúrgico, removiendo dicho tejido para luego implantar un injerto en su lugar.
¿Cuándo y cuáles gafas de sol debemos usar?
El efecto de la radiación ultravioleta es acumulativo, de hecho, antes de los 18 años hemos recibido una gran parte del UV que vamos a recibir a lo largo de la vida; nos encontramos ante un problema de gran magnitud, una radiación potencialmente dañina, más tiempo al aire libre, más exposición a fuentes artificiales de luz.
Es frecuente la creencia de que mediante gafas de sol de cualquier establecimiento somos capaces de alcanzar una correcta protección a los rayos Ultravioleta mientras tengan una identificación de la CEE. Hoy día sabemos que no es así, las lentes oftálmicas son un producto sanitario, con distintas categorías solares y diferentes filtros, neutros, polarizados, selectivos y que deben ser siempre adquiridos en un establecimiento sanitario de óptica.
Cuando llega la primavera, en un país como España, donde hay tantas horas de luz al día y se pasa tanto tiempo en el exterior, es necesario una lente correcta, avalada sanitariamente para así asegurar nuestra protección ocular.
¿Es necesario el uso de gafas de sol en niños?
Los efectos crónicos de los rayos UV en la córnea y el cristalino, son acumulativos, por lo que la protección eficaz contra los rayos UV de los ojos es importante para todos los grupos de edad, incluidos los niños, los niños cuentan con medios oculares de mayor transparencia y pupilas más grandes, lo que podemos asociar con una mayor proporción de radiación en la retina, causando un posible daño a futuro de no prevenirse. Por lo tanto, si es necesario iniciar con protección Ultravioleta desde temprana edad.
Es necesario utilizar herramientas comunes y universales para difundir el Índice de protección UV de la OMS, y recalcar que la protección ocular frente a la radiación UV debe ser realizada desde la infancia en todos los ambientes luminosos.
De la misma forma que existe concienciación sobre la protección de la piel, se debe educar a los agentes sanitarios y a los usuarios en la importancia de la protección ocular mediante la combinación de las soluciones ópticas y no ópticas disponibles, lo que redundará en la salud visual y en una mayor calidad de vida de todas las personas en general, y en particular de aquellos que están expuestos a un mayor riesgo.
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