La retinopexia neumática es un procedimiento quirúrgico poco invasivo indicado para tratar los desprendimientos de retina.
El desprendimiento de retina se produce cuando la capa neurosensorial de la retina se separa del epitelio pigmentario, normalmente tiene lugar acompañado de una acumulación de líquido subretiniano entre ambas estructuras.
Se suele manifestar como un defecto en el campo visual,descenso en la agudeza visual, visión de moscas flotantes (miodesopsias) y flashes de luz (fotopsias).
Inicialmente la retinopexia neumática estaba indicada únicamente para desgarros de retina reumatogena de pequeño tamaño y localizados en la región superior del ojo. Actualmente se considera o recomienda también en aquellos casos en los que los pacientes poseen una esclera fina, toman anticoagulantes o ya han sido sometidos a un cerclaje escleral o vitrectomía en el pasado.
Esta técnica ha demostrado tener un éxito del 91% en los casos recomendados descritos. Por otra parte, en aquellos casos donde hay varios desgarros retinianos de mayor tamaño y en diferentes cuadrantes de la retina, el éxito desciende hasta un 75% de los casos.
La cirugía consiste en la inyección, con una jeringa o bien con una aguja pequeña, de una burbuja de gas con la intención de que esta burbuja tape la rotura y vuelva a colocar en su lugar la retina desgarrada. Para esto se usa algún gas expansible, normalmente SF6 o C3F8, que tiene la capacidad de aumentar su tamaño una vez inyectados y permanecer dentro del ojo durante varias semanas. Una vez realizado este procedimiento, el oftalmólogo indica al paciente que coloque la cabeza en una posición específica para evitar que la burbuja se mueva de la zona a tratar. Pasadas unas 24-48 horas se sella la retina con fotocoagulación láser. Para asegurar que se genera una buena adhesión coriorretiniana en las zonas tratadas con láser, el paciente debe continuar con la cabeza en una posición específica.
Existe una variante en la técnica, la cual consiste en el uso de crioterapia inmediatamente tras inyectar la burbuja de gas. Sin embargo, está en desuso ya que, aunque permite realizar todo el procedimiento en una sola visita sin tener que esperar 24-48 horas para poder aplicar el láser, este procedimiento está asociado a más complicaciones y dolor post-quirúrgico.
Aunque existen ciertos riesgos poco comunes asociados a estar cirugía (pliegues en la retina, inflamación ocular, aumento de la presión intraocular, sangrado en el ojo y recidiva del desgarro de retina), se ha demostrado que se trata de una excelente opción en ciertos casos sin la necesidad de realizar grandes incisiones o el uso de aceites de siliconas, líquidos pesados o cerclajes.