¿Qué pasa en mis ojos si me encuentro embarazada?
Durante el desarrollo del embarazo se producen una serie de cambios en todos los sistemas del cuerpo humano. Como la mayoría de los órganos del cuerpo durante el embarazo, el ojo puede llegar a sufrir de algunas modificaciones importantes en la mujer gestante. Las primeras modificaciones que en casos puede presentar se ve a nivel de caída de los párpados o aparición de hemorragias subconjuntivales (Derrames). En la córnea, debido a la retención de líquidos típica del embarazo, puede ocurrir una disminución de la sensibilidad y modificaciones en la refracción, también puede existir alteración de la visión periférica y en algunos casos la presencia de pigmentación ubicada en la parte posterior de la córnea.
La retina es una parte del sistema ocular, a la cual se debe prestar atención por la posible aparición de edema macular. La presión intraocular disminuye durante el tercer trimestre. Durante el parto se pueden presentar infartos en zonas donde no hay riego sanguíneo afectando al nervio óptico, por lo cual se aconseja que trabajen en coordinación las especialidades de Obstetricia y Oftalmología en el monitoreo de la paciente durante y después del trabajo de parto.
¿Qué cambios ocurren en la córnea durante el embarazo?
Se puede producir un aumento del espesor corneal debido a la retención hídrica que ocurre en los tejidos durante el embarazo; asimismo parece haber una disminución de la sensibilidad corneal después de la 31ª semana de gestación, que vuelve a la normalidad de seis a ocho semanas postparto. Este fenómeno es de etiología y significado desconocidos, pero podría estar relacionado con el aumento del espesor corneal y la retención de líquidos observados en el embarazo. Diversos estudios describen también la presencia del signo llamado Huso de Krukenberg, el cual es un pigmento depositado detrás de la córnea. Durante los dos primeros trimestres existe evidencia de la presencia del síndrome de dispersión pigmentaria, el cual se identifica por los depósitos de melanina sobre aquellas superficies del ojo que están en contacto constante con el humor acuoso.
El embarazo puede provocar alteraciones de la refracción que serán normalmente transitorias desapareciendo tras el parto; sin embargo, en algunos casos serán cambios que no regresarán y permanecerán en el tiempo produciendo un cambio refractivo permanente. Es poco frecuente que sean grandes cambios en la refracción, pero se acepta que se produce una miopización entre la 31ª y la 41ª semana, probablemente relacionada con la retención hídrica lo cual ocasionaría edema corneal que desaparece dos meses después del parto. Algunos autores reportan que el incremento de la miopía sea debido a cambios en el colágeno, lo que origina que el globo ocular aumente su longitud axial y por tanto la miopía.
También se ha descrito la presencia de una falta de la acomodación transitoria que puede ocasionar dificultades en la lectura, visión próxima, visión borrosa e inclusive irritación ocular. Estas manifestaciones desaparecen después del parto y otras como la última descrita desparecen tras finalizar la lactancia.
Está descrito también que el edema y las alteraciones del espesor corneal pueden provocar la inadaptación a las lentes de contacto, por lo que hay que estudiar el uso de lentes de contacto a una paciente gestante y hasta varias semanas después del parto. Del mismo modo no es aconsejable realizar cualquier tipo de cirugía refractiva por la misma causa.
¿Cómo puede alterar el embarazo el resultado de una cirugía de miopía?
El espesor corneal, cuyo valor se ve alterado durante el embarazo, es un dato vital para que el médico oftalmólogo sea capaz de calcular y definir con mayor precisión que tipo de cirugía ocular y láser puede ser utilizado para corregir la miopía. El tener un cambio en este valor puede ser un riesgo innecesario a tomar tanto por el paciente como por el profesional oftalmólogo de frente a una cirugía de miopía.
De la misma manera, las alteraciones en la refracción (Con tendencia a incrementar la miopía durante el embarazo). Se mantienen inestables a lo largo del periodo de gestación, supone un riesgo el programar una cirugía de miopía con dioptrías en el ojo que luego podrían desaparecer una vez terminado el proceso de embarazo.
¿Cuándo puedo operarme de miopía si estoy embarazada?
A pesar de que existen distintos criterios dependiendo del caso y del profesional oftalmólogo que valore el caso, el consenso general recomienda no operar de cirugía refractiva a pacientes gestantes durante todo el proceso de embarazo. Posterior a los 3 meses de parto se puede comenzar a acudir a una serie de valoraciones oftalmológicas donde se determinará el grado de estabilidad en el espesor corneal y la refracción de la paciente. Una vez estos datos se normalicen, se puede definir correctamente cual será la mejor opción terapéutica a tomar para la corrección definitiva de la miopía.
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