La degeneración macular asociada a la edad es una enfermedad que afecta a personas mayores de 50 años y que provoca un deterioro de la mácula, afectando a la visión central del paciente tanto en distancias cercanas, como lejanas. Esto provoca que actividades cotidianas como conducir, leer o ver la televisión resulten difícil de realizar.
Dentro de la retina, próxima a su centro, se encuentra la mácula, la cual permite ver los pequeños detalles de forma clara. En el caso de que esta no funcione de forma adecuada, la visión central del paciente se comienza a nublar y oscurecer.
Constituye la mayor parte de casos de esta enfermedad, entre un 85-90% de los casos de DMAE.
Su evolución y por tanto la pérdida de agudeza visual, es más lenta que en el caso de DMAE húmeda o exudativa, lo que provoca que el paciente note la perdida visual muy lentamente o incluso no se dé cuenta.
Un ejemplo de esta patología sería la que ocurre durante la lectura en el siguiente supuesto:
No existe, hasta ahora, un tratamiento de la mácula del ojo que científicamente se haya demostrado que es eficaz.
Estos casos se deben tratar con tratamientos muy exhaustivos, en los que la utilización de antioxidantes y complementos vitamínicos son soluciones para ralentizar la progresión de la enfermedad, además del uso de gafas con filtros amarillos y algunas ayudas visuales para baja visión.
Este tipo de DMAE es menos común, afectando a un 15 % de los casos, pero su evolución en el tiempo es más veloz.
En este tipo de degeneración macular es fundamental tratarla inmediatamente para frenar la pérdida de visión central irreversible.
La DMAE húmeda produce hemorragias en la mácula, estas hemorragias son provocadas por pequeños vasos sanguíneos anormales que van invadiéndola
En este tipo de DMAE, es donde se han conseguido más avances científicos.
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