Todo lo que debes saber sobre la tensión ocular por estrés
El estrés es una reacción fisiológica del organismo que se manifiesta ante situaciones de amenaza. Es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia, cuando esta respuesta se repite en exceso, se da una sobrecarga de tensión que repercutirá en nuestro organismo, provocando enfermedades y anomalías que afectarán a su correcto funcionamiento.
El exceso de trabajo, la falta de tiempo, la falta de sueño, enfermedades o problemas familiares, son muchos de los motivos que día a día nos provocan un estrés continuo.
El estrés no puede causar tensión ocular, pero la astenopia o fatiga ocular si que puede producir síntomas oftalmológicos.
Estrés visual o astenopia
El estrés visual o astenopia, ocurre cuando hay un sobreesfuerzo de la visión, especialmente cuando trabajamos largos periodos de tiempo enfocando en visión cercana. En la actualidad, estamos expuestos a un uso excesivo de pantallas y dispositivos electrónicos, lo cual nos incrementa este estrés ocular.
Sintomatología del estrés visual
Entre los síntomas del estrés ocular destacan:
- dolor de cabeza
- dolor en el globo ocular
- sensación de vista cansada y pesadez en los ojos
- espasmos o temblores en los párpados
- picor, enrojecimiento y lagrimeo
- sensación de sequedad y ardor ocular
- visión borrosa y/o doble.
- dificultad de enfoque
- hipersensibilidad a la luz
¿Cuáles son las causas y consecuencias de la tensión ocular?
La presión intraocular (PIO) es la presión que ejercen los líquidos intraoculares (humor vítreo y humor acuoso) sobre las estructuras firmes del ojo. Cuando hay un equilibrio entre la producción de humor acuoso y su drenaje, existirá una PIO normal. Los valores de normalidad oscilan entre 12 y 21 mmHg.
Cuando tenemos un valor de PIO por encima de 21 mmHg, hablaremos de hipertensión ocular. Estos altos valores de presión, se consideran un factor de riesgo importante para desarrollar glaucoma, una neuropatía óptica progresiva que causa pérdida de visión irreversible, siendo una de las principales causas de ceguera en el mundo.
Para medir la tensión ocular, se utiliza como técnica diagnóstica la tonometría. Los dos tipos más utilizados son: el tonómetro de aire, no hay contacto con el paciente, se basa en aplanar la córnea mediante un soplido de aire; y el tonómetro de Goldmann, al contrario que el anterior, donde si hay contacto con la córnea del paciente, por lo que es necesario aplicar gota anestésica y fluoresceína.
Las causas más frecuentes de fatiga ocular son:
- Trabajo con ordenadores y dispositivos electrónicos
- Tareas en visión próxima de forma prolongada
- Iluminación baja o insuficiente en nuestro puesto de trabajo
- Nerviosismo e inquietud por factores externos, depresión, ansiedad y otros trastornos emocionales y psicológicos
- Problemas refractivos no corregidos o con una graduación incorrecta
- Problemas acomodativos, que nos dificultan el enfoque en visión próxima
Dependiendo del grado de estrés de cada persona, las consecuencias a nivel ocular van a variar. Las más frecuentes son:
– Mioquimias o tics palpebrales. Son totalmente benignos, son movimientos involuntarios y repetitivos de los párpados, que pueden durar días o semanas. Suele mejorar en cuanto eliminamos los agentes estresantes, descansamos y hacemos un suave masaje en los parpados.
– Blefaritis. Es la patología ocular más frecuente, consiste en la inflamación o infección del borde palpebral. Suele presentarse de forma leve, aunque suele ser crónica. Es recomendable realizar limpiezas palpebrales con toallitas y geles específicos para ello.
-Ojo seco. Cuando estamos realizando tareas en cerca de forma prolongada, la frecuencia de parpadeo disminuye, alterando así la película lagrimal.
– Coroidopatía serosa central. Suele afectar a varones entre 25-55 años, y suelen ser más propensos aquellos pacientes con personalidad tipo A, es decir, personas que están sometidas a mucho nivel de estrés, muy competitivos e implicados en su trabajo. Consiste en la acumulación de líquido debajo de la retina, por lo que tendremos visión borrosa, micropsias (tamaño menor de los objetos), metamorfopsias (objetos distorsionados) y oscurecimiento de la zona central de la visión.
– Pérdida de visión repentina, o amaurosis fugaz. Esta se produce cuando hay una obstrucción de una arteria o vena de la retina, al no circular la sangre correctamente, se provoca una pérdida de visión temporal.
Fatiga ocular
Si experimenta alguno de los síntomas que hemos comentado anteriormente, debe acudir a su centro oftalmológico, donde le realizarán un examen visual completo. Es fundamental identificarlo a tiempo, pues con unas buenas pautas y un buen tratamiento podremos prevenir otros problemas visuales más graves.
A continuación, dejamos algunos consejos para reducir los síntomas del estrés ocular:
- Eliminar o reducir los factores que nos provoquen demasiado estrés. Es recomendable realizar técnicas de relajación y meditación, como el yoga, además de practicar deporte y actividades al aire libre.
- Hacer descansos visuales en el trabajo para reducir la fatiga visual. Podemos aplicar la regla 20-20-20, que consiste en realizar descansos de 20 segundos, por cada 20 minutos de trabajo en visión cercana, mirando 20 pies a lo lejos (unos 6 metros aprox).
- Iluminación adecuada en nuestro puesto de trabajo. Debemos tener buena iluminación natural general, además de otro punto de luz más intenso en nuestra mesa de trabajo.
- Mantener la pantalla del ordenador a una distancia adecuada, unos 40 cm de separación aproximadamente, y usar una silla que nos permita mantener la espalda alineada y recta.
- Reducir el tiempo que pasamos frente a dispositivos electrónicos, y protegernos de ellos mediante filtros para la luz azul.
- Utilizar lágrimas artificiales para prevenir la sequedad ocular, así como aumentar la frecuencia de parpadeo.
- Llevar una dieta equilibrada y saludable, el exceso de productos procesados incrementan el riesgo de tensión ocular.