Muchos de los pacientes que vienen a nuestra consulta nos hacen la siguiente pregunta:
Por ello hoy os hablamos sobre la confusión que existe en el uso de lágrima artificial y suero fisiológico para los ojos.
Las lágrimas artificiales tienen como fin hidratar los ojos y mantenerlos húmedos en los casos en los que el ojo no sea capaz de producir buena calidad y cantidad de lágrima natural. Es un tratamiento que no produce efectos secundarios, sino todo lo contrario, alivia molestias oculares y pueden evitar lesiones provocadas a causa de esa sequedad.
Sin embargo, el suero fisiológico, es una solución salina, que sirve para limpiar el ojo.
Este tratamiento lo usan muchos pacientes con sequedad ocular. Al tener gran concentración de sal, este producto reseca el ojo, por lo que nuestros especialistas, no lo recomienda como sustituto de las lágrimas artificiales. Esto no significa que sea perjudicial para la salud ocular, ya que es una sustancia inocua.
De entre todas las lágrimas artificiales disponibles en el mercado, para el tratamiento ocular, nuestros oftalmólogos recomiendan las monodosis en la mayoría de los casos:
Por otro lado, nuestros especialistas recomiendan el uso de lágrimas artificiales sin conservantes, ya que las lágrimas artificiales con conservantes hacen que la esterilidad de las mismas se preserve mejor, pero puede provocar reacciones adversas en el paciente.
Además, hoy en día existen sistemas que mantienen la esterilidad del producto sin necesidad de recurrir a estos conservantes.
Entre la multitud de marcas de lágrimas artificiales que podemos encontrar en el mercado, os recomendamos aquellas que tienen ácido hialurónico.
Con respecto al suero fisiolófico, podemos encontrar en el mercado diferentes formatos, desde botellas grandes, hasta monodosis.
Al igual que en las lágrimas artificiales, nuestros especialistas recomiendan para su uso en ojos, el formato monodosis:
Las lágrimas artificiales están indicadas para los siguientes usos:
El suero fisiológico está indicado para:
El primer paso que debe dar a la hora de utilizar cualquiera de estos dos productos, es acudir a su oftalmólogo de confianza para que, después de una revisión y según la patología o problema visual que presente, le recomiende lo más adecuado.
En el caso de las lágrimas artificiales, cada tipo presenta un nivel de concentración y una calidad diferente, de ahí la importancia de que el especialista le asesore.
Una vez recomendado el producto que más se adecua a sus necesidades por parte del oftalmólogo, es imprescindible que éste siga una supervisión de la aplicación de cualquiera de estos productos. De esta manera evitaremos que tenga lugar efectos secundarios o el problema derive en alguna anomalía mayor.
En el caso de uso de lágrimas artificiales, lo común es establecer un tratamiento durante un tiempo concreto y si los resultados obtenido no son los esperados, el especialista cambiará el tipo de lágrima hasta dar con la que mejor se adapte al paciente.
De entre lo visto en este artículo, podemos destacar: