Un orzuelo es una tumefacción bastante común de las glándulas sebáceas, por lo general es de origen infeccioso y puede aparecer a cualquier edad, siendo más frecuente en adultos y niños, en algunas ocasiones aparece de forma recurrente. Suele cursar con dolor, rojez e inflamación del párpado superior o inferior y suele darse en un solo ojo, es muy raro que aparezca en los dos ojos a la vez,
Existen dos tipos de orzuelos, orzuelo externo y orzuelo interno:
Normalmente los orzuelos desparecen a los pocos días, pero hay veces que se enquistan y se precisa de cirugía para extraerlos, por eso es muy importante acudir al oftalmólogo para valorar el tratamiento adecuado.
El origen del orzuelo es bacteriano, habitualmente producido por el estafilococo dorado (Staphylococcus aureus).
Lo más usual es que aparezca con la inflamación de las glándulas sebáceas que se ubican en las pestañas y párpado. Con la inflamación, estas glándulas se obstruyen y se forman los orzuelos.
La falta de higiene es un factor clave para la aparición de orzuelos, por eso es muy importante lavarse bien las manos antes de tocarse los ojos como a la hora de ponerse las lentes de contacto, desmaquillarse bien antes de ir a dormir…
El estafilococo es una bacteria que vive en nuestra piel, pero puede provocar una infección cuando entra en contacto con el borde del párpado.
La blefaritis es otra de las causas de la aparición de orzuelos, se trata de una inflamación crónica del ojo, producida por una proliferación de bacterias mayor de lo normal. Afecta al borde del párpado y provoca enrojecimiento y escozor.
Aunque no es tan común, el estrés y los cambios hormonales también son factores para la aparición de orzuelos, así como algunas enfermedades de la piel (rosácea).
Debido a que el orzuelo y el chalazión son muy parecidos, es importante acudir al oftalmólogo para hacer un buen diagnóstico, ya que aunque son muy similares de aspecto, el orzuelo se forma por un proceso infeccioso y el chalazión no, por lo que es imprescindible dar con el tratamiento adecuado.
El principal síntoma del orzuelo es la aparición de un bulto rojo en el borde del párpado, a veces se llega a hinchar todo el párpado afectado. Existen otros síntomas que son:
Pese a que normalmente los orzuelos suelen desaparecer solos al cabo de unos días o semanas, es recomendable acudir al oftalmólogo para realizar un buen examen del mismo y valorar que tratamiento es el más adecuado para el tipo de orzuelo.
Realizar un masaje y aplicar compresas calientes en el orzuelo varias veces al día puede ayudar a que este drene y se disuelva de forma natural. También hay veces que estos masajes necesitan ir acompañados de antibióticos como una pomada oftálmica antibiótica previamente prescrita por el especialista.
Si persistiera en el tiempo y fuera doloroso, el oftalmólogo valoraría la posible extirpación del orzuelo mediante cirugía menor, haciendo una pequeña incisión drenando así el pus, aliviando el dolor y la inflamación.
La principal forma de prevenir los orzuelos es una buena higiene, aunque la bacteria que produce el orzuelo se encuentra en la piel y mucosas es muy importante evitar tocarse los ojos con las manos sucias, ya que estaríamos llevando la bacteria de la mano a los ojos.
Si es usuario de lentes de contacto, es muy importante hacer un buen de uso de ellas. Siempre hay que lavarse las manos antes de ponerse o quitarse las lentillas, guardarlas bien limpias en los estuches utilizando una buena solución que las mantenga estériles, no ponérselas durante muchas horas seguidas y respetar el tiempo de uso según el fabricante.
Aparte de una buena higiene de manos es imprescindible una adecuada limpieza de cara y sobre todo de párpados.
Es recomendable no utilizar maquillaje caducado ni viejo, no compartir toallas, ni objetos de uso personal, y no hay que olvidar y es imprescindible desmaquillarse muy bien antes de irse a dormir.
Aunque el orzuelo suele desaparecer al poco tiempo y tiene muy buen pronóstico de curación, lo más aconsejable es acudir a su clínica oftalmológica o a su oftalmólogo habitual para hacer un buen diagnóstico y que le pueda pautar el mejor tratamiento posible.